En el blog las he ido recopilando bajo la etiqueta de "Córdoba frente al misterio". A veces son simplemente bromistas que sembraron el pánico entre sus vecinos, otras veces hechiceras y, en ocasiones, si la imaginación y el criterio del lector quieren, se puede entrar en lo aparentemente inexplicable: objetos voladores, fantasmas, poltergeist y demás historias. Que cada uno las lea como le apetezca, y su propia cabeza será la que decida si luego hay sueños, o pesadillas. :^)
- El ser de otro mundo. Un chiquillo encuentra un extraño ser en las afueras de Córdoba, y revoluciona la ciudad (primera y segunda parte).
- Don Severo Ochoa. La leyenda posmoderna de un ilustre fantasma en el Campus de Rabanales.
- El Panderete de las Brujas. Lugar de aquelarres en el barrio de Santiago, en la Córdoba de los Austrias.
- Sor Magdalena de la Cruz. Uno de los personajes de la España mística del XVI, la monja que pasó de ser considerada santa a ser acusada de pactar con el diablo (primera, segunda y tercera parte).
- La ternerilla descabezada. Una leyenda clásica del casco histórico cordobés.
- El fantasma del Conde don Julián. El pelopúntico y acongojante encuentro de un lagarero medieval con el fantasma del traidor a la corona visigoda.
- El duende de la calle Almonas. Mi favorita. La historia de amor entre un duende y una mujer maltratada por su hermano. Más información en: La casa del duende.
- La iglesia voladora de 1861. Un recorte de prensa que encontré casualmente rebuscando en el tema de las riadas del Campo de la Verdad, y que describe el paso de un enorme objeto flotante sobre la ciudad, para desconcierto del vecindario.
- El bien contra el mal en la plaza de las Dueñas. La leyenda de cómo San Álvaro rescató el alma de una monja de ser llevada a los infiernos.
- La trola del fantasma de Santa Marina. Mucho miedo, pero poca realidad.
- El zombi de los Tejares. El caballero de la Córdoba medieval que veló varias horas a un muerto. O no.
1 comentario:
Pues la verdad es que no... no te extrañe haberte encontrado con alguno de los cantantes de las serenatas primaverales de las placitas cordobesas de vuelta a su casa, parándose en el Cristo de los Faroles. Por cierto, la historia esa del "caballero embozado", ¿de dónde viene? Un saludo
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