Una poesía, homenaje a la dignidad que vive en el recuerdo fiel de lo que fue nuestra ciudad. De Pablo García Baena, del Grupo Cántico.
Córdoba
A Carlos Castilla
¿A quien pediremos noticias de Córdoba?
Porque las piedras que amabas a la tarde han sido derribadas,
talados los cipreses y su claustro de salmos silenciosos,
destruidos los arcos,
el capitel rodó sobre la ortiga
y los artesonados aplastaron blasones,
soberbia, yelmos, gules...
Corrio la lagartija sobre lises
y las manos falaces arrasaron vergeles,
enmudeció la esquila en la espadaña,
abatieron dinteles, picaron tracerías. hundieron hornacinas
y a la venta pusieron atauriques,
teselas. surtidores, plata ilustre de ofrendas
y cobraron monedas de la traición tus hijos,
subastaron tus lágrimas, oh madre,
patria mía.
No había más belleza en este mundo
Por las calles de cal cuando furtiva
ajena sombra iba enamorada,
incansable de sol a sol,
tejiendo el embeleso luna a luna,
telones y murallas, celosías
de altas clausuras,
palmas de sombra sobre tapias blancas,
era ya solo amor el escenario,
la letanía armoniosa de los nombres:
Muro de la Misericordia, Alcázar Viejo,
Plaza de los Aguayos, Piedra Escrita,
Tesoro, Hoguera, Cidros, Mucho Trigo
¿Que ramos de tristeza los naranjos al cielo levantaban?
¿Que soledad y sus aspas de relente
enfriaban heridas como joyas?
Fuentes cegadas, oigo vuestros caños por la memoria,
vivas gargantas sollozantes.
Palpo el mármol, los fustes, las verdinas
sobre bronces ecuestres. Aromas como anillos
ciñen nupcias, suben por galerias desvaídas:
jazmín morisco, lilas, ajedrea.
Edén siempre perdido,
concédeme el recuerdo y su llave de niebla.
Don Luis se alejó por la calleja,
el Duque miró el ángel dorado del ocaso,
volvió al baño Lucano y tus hijos
de la campiña fueron a trabajar a Dusseldorf
Amarillas banderas
como présagas aves codlciosas
enlutaron terrazas. Usura y avaricia
la heredad repartieron destruyéndola,
dividieron tu suelo,
echaron suertes
sobre el solar patricio,
fonsque sophiae,
mientras te disfrazaban percalinas
para un siniestro carnaval turístico,
oh inmortal, eterna, augusta siempre,
oh flor pisoteada de España.