Esta foto nos muestra lo que en realidad cualquiera puede ver con asomarse por encima del muro que protege las obras del solar junto a la parada de Fuentes Guerra. Cimientos de construcciones recientes, muros de los bloques circundantes y, embutida en la Córdoba moderna, la muralla, con enormes bloques romanos y posteriores adiciones.
Hasta hace ciento cincuenta años, durante casi exactamente dos mil, un gran muro iba, sin interrupción, desde la esquina de la Puerta de Osario hasta la de la Victoria, y no se encontraba ninguna puerta hasta la de Gallegos. La calle Caño (la de Fuentes Guerra) no tenía el ramal que ahora la conecta con Ronda de los Tejares, Cruz Conde aún no había atravesado las antiguas callejuelas, la calle en "L" frente a Cajasur no era sino un callejón ciego, Gran Capitán era ocupada por un convento y huertas, y las otras dos pequeñas calles no se abrían aún a la avenida.
Era el lienzo norte de la muralla original de la Corduba republicana, especialmente fortificado en épocas posteriores, de manera que aquel barrio que la calle Cruz Conde desconfiguró se llamaba el Trascastillo y, por su apartada situación y enrevesadas callejas, fue uno de los centros de la mala vida cordobesa del XIX.
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