jueves, 31 de julio de 2008

El dibujante de mapas


Hombro con hombro, figuras altivas, en sus treinta el más joven, peinando canas el otro. Los rostros curtidos por el sol, la batalla y la aventura; los brazos gesticulan intensamente mientras se describen el uno al otro las situaciones vividas. Calle abajo por las Tiendas, desde la parroquia de Santo Domingo, los vecinos se les quedan mirando, porque las ropas y los andares denotan la alta clase de la que proceden. "Son forasteros", comenta alguien. Rápidamente un paisano le corrije:

- No, ese no. Ese es don Gonzalo.

Y el grupo de mirones cambia su expresión de recelo por otra de profundo respeto hacia el joven Gonzalo Fernández de Córdoba, a quien ya se llama Gran Capitán, el ganador de Íllora para la Cristiandad. Habrá venido a la ciudad de visita.

Caminan bajo el Arquillo junto a la iglesia y giran a la derecha hacia la puerta de Hierro. Por la cuesta va su acompañante charlando animadamente mientras mueve su mano en el aire, simulando el oleaje del mar embravecido. Don Gonzalo niega con la cabeza y dice que ya podéis vos decir misa, que yo no me creo una palabra. El otro le golpea en el hombro con camaradería y ambos ríen, Escribanías alante. Menudo rodeo hemos dado, parésceme. En efecto, no sería mala empresa abrir otra calle más centrada, si no fuera por la gran pendiente que formaría. Y hablando, entran en la pequeña tienda abarrotada de pinturas, tinta y papeles raídos.

El Gran Capitán estrecha la mano del comerciante y presenta a su compañero, quien expone sin dilación lo que necesita. Un mapa de las Jónicas, para uso personal. Nada recargado, sin adornos, algo sobrio para manejo cotidiano. Extrañado, el hombre pasa al interior y ambos se acodan en la mesa, bicheando la tienda.

De vuelta con un boceto del mapa, el tendero le dice el autor y el año, y le comunica que en un par de semanas podría tenerlo listo. Semblante serio, se habla de maravedíes y de plazos, y queda la fecha recortada en dos días. Un hombre se levanta de un pequeño taburete desde el que contemplaba un viejo mapa del norte de África con grandes manchas, y sale sin mirarles. Don Gonzalo se tienta el cinto, por si acaso.

Apretón de manos, no esperaba menos de vuestra merced. Un honor tenerle por aquí, Capitán General. También un honor volver a verle, don Gonzalo. Salen girando a mano izquierda, hacia la calle de la Feria. De pronto, a pocos metros, les sorprende un paisano que asoma de una casa muy baja y casi derruida con una gran losa de mármol en sus brazos. Le siguen, a la carrera, otros dos, con la misma carga, que sonríen a los militares con la boca desdentada y la cara tiznada. En la pared, apoyado junto a una ventana hundida, hay un hombre. El que estaba en la tienda. Ropa oscura, rostro afilado.

- Os jugáis los barcos usando esas cartas - le dice al forastero.

- Os jugáis vos la vida hablando así tan cerca de la escribanía - contesta él. Pero ve que ha dejado un flanco expuesto y trata de corregirlo - ¿Y quién os ha hablado de que yo pueda tener varios barcos?

El desconocido le ha ganado la primera mano.

- Sé que barcos tiene vuestra merced, y que barcos manda. Y sé, también, que los perderá en Cefalonia o donde quiera que se meta si usa ese mapa que le ofrecen.

- ¿Y cómo sabéis vos que el mapa está equivocado?

- Porque hace diez años que tuve que corregirlo con mis manos. Salvé una carraca a menos de veinte pies de unas rocas que no estaban señaladas.

- ¿Sugerís, quizás, que debo navegar sin mapas?

- Sugiero que vengáis a mi taller dentro de diez días y recojáis mi mapa por el primer precio que os ofreció ese iletrado.

De modo que aquel sujeto dibujaba mapas, había navegado por todo el Mediterráneo y no regateaba. Parecía extranjero, estiraba las palabras y se atascaba en ocasiones. Pero estaba muy seguro de sí mismo.

- ¿Cuál es vuestro nombre, si no es molestia?

- Mi nombre me lo labraré si quiere Dios y sus Católicas Majestades.

Entonces fue don Gonzalo quien sintió curiosidad.

- ¿Hace su merced negocios con sus Majestades?

Una sonrisa triste invadió su rostro.

- A eso vine a Castilla. Pero volveréme pronto si el asunto no mejora. Quizás Enrique el inglés sea más razonable.

Caminaron juntos los tres hacia el río. Para negocios están los Reinos. Primero, la guerra. Cuando haya caído Granada, habrá tiempo y dinero para otra empresa. Ya lo entiendo, señores, pero lo que yo prometo es gloria, y no se me entiende. Gloria e inmensas riquezas, y tierras si se tercia. ¿Dónde están esas tierras, y cómo llegar a ellas?

- Esas tierras están a Poniente. Y yo mismo llegaré con un puñado de barcos, si aceptan Sus Majestades dotarme de ellos.

En ese momento, Galcerán de Requesens reconoce el rostro del extraño. Se le quedan los ojos como platos al contemplar al lunático al que vio un día, de lejos, en una Audiencia Real en la que se preparaban los planes para el bloqueo naval de Málaga por la flota de Aragón, que él comandaba y sigue comandando. Don Gonzalo también repara en ello. Él estuvo presente en esa misma reunión. Es el hombre que pretende que le nombren Almirante de una flota, y partir hacia el fin del mundo, adonde nadie ha ido, a buscar la ruta de las Indias por Occidente.

Llegan al río, y don Gonzalo le cuenta al extranjero la historia de la Cruz del Rastro. Galcerán, que también la conocía de oídas, se estremece con ella y niega suavemente con la cabeza.

Gonzalo Fernández de Córdoba, Galcerán de Requesens y Cristóbal Colón dejan pasar un rato en silencio, de pie, sobre el barro, mirando a un río que viene crecido y se va comiendo la tierra de la orilla. Otean el horizonte, contemplando el grandioso puente y la inexpugnable torre que lo protege. Colón se rasca la nuca y se siente observado. Al girarse, ve cómo, tras una cortina, les contempla la Historia. Se escapan del cielo encapotado unas gotitas, envejece el año de Nuestro Señor de 1487.

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La iglesia junto al Arquillo es la del Salvador.
Puedes leer la historia de la Cruz del Rastro aquí: I y II.

Algo más sobre el Gran Capitán y Galcerán de Requesens.

Esta escena, probablemente, nunca tuvo lugar. Pero las frecuentes visitas a la Corte, establecida gran parte del tiempo en Córdoba, de estos tres personajes entre 1486 y 1492 hacen más que posible que se conocieran entre sí, y quién sabe, que hubiera una conversación parecida a ésta.

lunes, 28 de julio de 2008

La Torre de los Perdigones


Es un poco desconocida para la mayoría y, como se puede ver a la derecha de la imagen, apenas sobresale por encima de los tejados. Al norte del barrio de San Lorenzo, entre Ollerías y el Marrubial, se encuentra la llamada Torre de los Perdigones, aunque este nombre no sea demasiado popular, en parte por la poca gente que transita por esta zona.

La Gerencia Municipal de Urbanismo, de cuya página está tomada la foto general, indica que la torre era una fábrica de perdigones que databa de la segunda mitad del siglo XIX (ver el primer comentario, abajo). Probablemente la fecha exacta se acerque mucho al cambio de siglo, ya que las fuentes escritas hasta 1875 no hacen mención de ella, y su hermana mayor sevillana fue levantada alrededor de 1885.

Fue restaurada no hace muchos años por el arquitecto Jerónimo Sanz, y hoy la torre pasa los meses sin pena ni gloria en estas tranquilas calles, disfrutando de su jubilación.

viernes, 25 de julio de 2008

La línea del tiempo (929-1236)

(Ver 711-929)
  • 929 - Abderramán III se proclama Califa de Al Andalus.
  • 936 - Comienza la construcción de Medina Azahara (Madinat al-Zahra)
  • 939 - Las tropas califales son derrotadas en la batalla de Simancas.
  • 951 - Se levanta el gran alminar de la Mezquita.
  • 961 - Alhakén II se convierte en el segundo Califa. Emprende un ambicioso programa cultural. Apogeo del poder califal en Córdoba.
  • 976 - Muere Alhakén II y hereda el poder Hisham II, con tan sólo once años.
  • 977 - Almanzor, después de una meteórica carrera diplomática y militar carente de escrúpulos, logra convertirse en hayib o primer ministro del débil Hisham II. En la práctica, instaura una dictadura.
  • 979 - Almanzor comienza la construcción de la nueva ciudad de Medina Alzahira (Madinat al-Zahira), al este. Incendio de la mítica biblioteca de Alhakén II (aprox.).
  • 1000 - Córdoba tiene alrededor de 400.000 habitantes, según cálculos variables.
  • 1002 - Muere el hayib en las cercanías de Medinaceli tras la mítica batalla de Calatañazor. Le sucede su hijo Abd al-Malik, más conocido como Al-Muzaffar. Se establece así una dinastía paralela amirí.
  • 1008 - Abd al-Rahman "Sanchuelo", hermano del anterior, ocupa su cargo.
  • 1009 - Legitimistas omeyas deponen a Hisham II y nombran Califa a Mohamed II al-Mahdi. Comienza la gran fitna o guerra civil. Destrucción de Madinat al-Zahira, residencia oficial amirí, en febrero. Nuevo Califa en noviembre, el beréber Sulayman al-Mustain.
  • 1010 - Mercenarios de los condados catalanes saquean Córdoba.
  • 1013 - Destrucción de Medina Azahara. Rápida sucesión de gobernantes. Destrucción de la mayor parte de la capital cordobesa.
  • 1031 - Un nuevo golpe de estado depone a Hisham III y pone fin al Califato. República de los Banu Yahwar. Reinos de taifas.
  • 1070 - La taifa de Sevilla, bajo el reinado de Almutamid, ocupa Córdoba en alianza contra Toledo.
  • 1075 - Ibn Dinnun de Toledo conquista Córdoba.
  • 1078 - Almutamid la recupera para Sevilla.
  • 1085 - Alfonso VI conquista Toledo. Los reinos de taifas piden ayuda a los fanáticos almorávides norteafricanos.
  • 1091 - El imperio almorávide ocupa uno por uno todos los reinos. Córdoba cae el 28 de marzo.
  • 1121 - Los habitantes de Córdoba se rebelan contra su gobernador por la inestabilidad general.
  • 1126 - Alfonso I de Aragón, que vuelve de una campaña en Granada, incorpora a miles de mozárabes a su expedición. Abandonan Córdoba la práctica totalidad de los cristianos.
  • 1145 - Nueva rebelión contra los almorávides, dirigida por el gobernador cordobés y el jefe militar Zafadola. Segundas taifas.
  • 1146 - Alfonso VII de Castilla conquista Córdoba. Se retira a los nueve días ante la amenaza almohade, dejando un vasallo al frente.
  • 1148 - La ciudad es entregada al imperio africano almohade, que ocupa ahora el sur de la Península.
  • 1212 - Derrota almohade en las Navas de Tolosa.
  • 1224 - Inicio de revueltas locales.
  • 1236 - Fernando III de León y Castilla toma al asalto la Axerquía cordobesa, y a continuación la Medina. La población musulmana es expulsada.

martes, 22 de julio de 2008

La línea del tiempo (711-929)

Para aclarar ideas acerca del complejo período de dominación musulmana en Córdoba (711-1236), esta entrada y la próxima contendrán una línea temporal con los hechos más importantes que sucedieron en dicha época. Como algunos se irán tratando en el blog, los enlaces y la propia lista se actualizarán periódicamente.

La primera parte comprende desde la invasión norteafricana en 711, hasta la proclamación del Califato de Córdoba, en 929.

(Ver 929-1236)
  • 711 - Córdoba es ocupada por tropas beréberes. Llegan a continuación varias oleadas árabes. Se suceden en el mando una veintena de emires hasta 756.
  • 717 - La capital se traslada de Sevilla a Córdoba. Se acuñan las primeras monedas con la inscripción "Al Andalus".
  • 732 - La derrota musulmana en Poitiers marca el fin de la expansión musulmana.
  • 740 - Las tropas sirias llamadas por el emir Abd al-Malik para combatir una revuelta beréber expulsan al propio emir e imponen a su jefe Baly. Continuarán las luchas entre tribus y etnias musulmanas.
  • 750 - La dinastía omeya es derrocada en Damasco. Abderramán, único superviviente, huye hacia el norte de África.
  • 756 - Abderramán I (Abd al-Rahman "al-Dajil") se proclama emir tras derrotar al gobernador designado por el Califa abbasí de Damasco. Comienzo de la dinastía omeya.
  • 773 - Córdoba se convierte en emirato independiente, política y administrativamente, de Damasco.
  • 786 - Comienza la construcción de la Mezquita de Córdoba.
  • 788 - Inicio del reinado de Hisham I.
  • 796 - Alhakén I asciende al poder.
  • 818 - El arrabal de Saqunda se rebela y es aplastado por las tropas del emir, que envía a las familias al exilio.
  • 822 - Abderramán II es proclamado emir.
  • 844 - El ejército emiral derrota y expulsa a los vikingos de Sevilla.
  • 850 - La condena a muerte del presbítero Perfecto prende la mecha del movimiento de los mártires de Córdoba.
  • 852 - Abderramán II convoca el concilio cristiano de Córdoba para condenar a los mártires. Emirato de Mohamed I.
  • 875 - Abbas ibn Firnas vuela sobre Córdoba.
  • 880 - Inicio de la revolución muladí de Omar ben Hafsún, con origen en Bobastro, al norte de Málaga.
  • 886 - Almundir sucede a su padre al frente del emirato.
  • 888 - Muerte de Almundir durante el sitio de Bobastro. Abdallah I, su hermano, le sucede como emir.
  • 891 - Batalla de Poley (Aguilar), gran victoria de Abdallah I contra los rebeldes.
  • 912 - Abderramán III, nieto de Abdallah I asciende al trono.
  • 917 - Muerte de Omar ben Hafsún en Bobastro.
  • 928 - El ejército emiral conquista finalmente Bobastro.
  • 929 - Abderramán III "al-Nasir" rompe con el reconocimiento religioso y moral de Damasco y se proclama Califa.

sábado, 19 de julio de 2008

El convento de Santa María de Gracia

Este pequeño azulejo, en el que muy pocos reparan ya, es uno de los últmos recuerdos de lo que fue, en tiempos, uno de los conventos más señalados de la ciudad. Santa María de Gracia ocupaba, a grandes rasgos, el solar de lo que hoy es la plaza de Juan Bernier. En los años sesenta el edificio fue declarado ruinoso y, con algo de polémica de por medio, dejó paso a un espacio libre, cuya conversión en aparcamiento subterráneo se viene estudiando desde hace años.

La comunidad de monjas dominicas que en él vivía hundía sus raíces en el siglo XV, cuando el Alcalde Pedro Ruiz de Cárdenas murió sin descendencia. En su testamento, otorgado el 16 de enero de 1475, mandaba emplear sus bienes para fundar un beaterio de doce mujeres en este solar que ocupaba la casa principal de su familia. Su viuda fue la primera hermana mayor, y su sobrina la siguiente, en 1488, según lo que se había estipulado (probablemente, lo que había estipulado él). Con el tiempo, la comunidad adoptó la regla de Santo Domingo de Guzmán, y el convento se fue consolidando con la construcción de la iglesia en 1601. La rebelión monjil de 1606, protagonizada por las religiosas trasladadas desde el Espíritu Santo, merece ser tratada otro día.

En el año 1642, dos sucesos conmocionaron al vecindario. El primero, un incendio el día 29 de abril, durante el cual todas las hermanas tuvieron que ser ayudadas a salir por un boquete en la pared que daba al arroyo. El siguiente, el 14 de junio, cuando en medio de una multitudinaria misa, el coro alto se desplomó encima de las monjas que se encontraban en la parte inferior. Al retirar todos los escombros y encontrar, con sorpresa, a todas las religiosas ilesas, el obispo Pimentel y la gente que asistía al suceso lo tuvieron como un milagro.

Algo así podríamos decir del hecho de que se conserven ciertas estructuras del edificio para la posteridad, como esta portada de la calle que aún lleva el nombre de aquel convento.

miércoles, 16 de julio de 2008

El cielo cae sobre nuestras cabezas (y II)

Todo aquél que comprara el Córdoba el día 18 de mayo de 1910 se encontró con una portada llena de esquemas del Sistema Solar, lo cual, a pesar de que en su momento fuera un motivo mayor de pánico para la gente, resulta muy de agradecer. Que la mitad de la primera plana de un periódico de provincias esté escrita por un astrónomo francés es algo que no se ve todos los días, y da idea del grado de popularidad que alcanzó el fenómeno. Además, el día anterior traía el periódico la biografía de Edmund Halley también en portada.


Es por ello que no sólo en Córdoba, sino en Madrid, París, Berlín y por todo el mundo, miles de personas pasaron en vela la noche del dieciocho al diecinueve, mirando al cielo. Y la mayoría de ellos miraron en vano, porque al menos en España, la nubosidad impidió ver el espectáculo. El posible que ni siquiera los afortunados pasajeros del globo que salió de Córdoba pudieran distrufarlo. A eso de las tres, la lluvia empezó a dispersar a los curiosos, mientras una blanca luminosidad envolvía el hemisferio nocturno de la Tierra, y la cola del cometa se revelaba inofensiva por su bajísima densidad.

Únicamente en Villanueva de Córdoba se mantuvo el miedo durante toda la noche, porque una salvaje tormenta hizo pensar a los vecinos que, realmente, estaba cayendo sobre ellos la cólera del cielo.

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El cielo cae sobre nuestras cabezas (I)

domingo, 13 de julio de 2008

El cielo cae sobre nuestras cabezas (I)

¿Qué puede uno hacer cuando todo el mundo se vuelve loco? Si en Estados Unidos se venden casas a prueba de envenenamiento, si en Roma se agotan las bombonas de oxígeno y si en Bilbao las iglesias se llenan de gente que pretende ponerse a bien con el cielo, dado que el cielo ha empezado a decir aquí estoy yo, es que algo gordo va a ocurrir.

La locura ha invadido el mundo y, cada noche, los habitantes de todo el planeta echan una mirada al horizonte y comprueban cómo crecen la luz y la amenaza. Hay suicidios en muchos países, incluido el nuestro, porque se tiene la certeza de que ha llegado el día del Juicio. El día en que una enorme nube de cianógeno envolverá la Tierra y condenará a la Humanidad.

¿Y Córdoba? Pues en Córdoba, después de que durante unos días el Defensor y el Diario hayan ido popularizando el gran acontecimiento astronómico que va a tener lugar, la población también se pone en alerta. El plan es el siguiente: los ciudadanos irán en masa a confesarse delante de una(s) copa(s) de Montilla, en el paseo de la Victoria, donde está instalada la Feria de Mayo. A continuación, las familias cogerán la cesta con comida y se irán a los campos de las afueras a sentarse para ver qué es eso que dicen del fin del mundo. Hombre, que es algo que no se ve todos los días.

Es 1910, y en España sólo se teme a dos cosas. Que te manden a Marruecos, o que sea verdad lo que se dice por ahí, y los gases venenosos de la cola del cometa Halley, que crece a ojos vista cada noche y que la Tierra atravesará irremisiblemente, afecten a la población. Lo de Marruecos pase, pero lo del cometa no tendría ninguna gracia. Y menos cuando abres el Córdoba y ves algo así como:

¿Lo ves brillar sobre el lejano monte?
Con su ancha estela que en mostrar se ufana
forma ígneo velo allá en el horizonte
que cubre el despertar de la mañana. [...]

Todos temen morir: su triste suerte
en breve plazo ver cumplida esperan
y perturba al espíritu la muerte
y sucumbir los hace antes que mueran

"Sipote", piensa Rafaé. Así que es inevitable que, entre las risas que provoca a la gente el paso de un grupo de estudiantes disfrazados de antiguos astrónomos, con su gorro de pico y su telescopio de cartón, haya quien, prudentemente, eche otro vistazo a la gran estela blanca que aparece semioculta por las nubes.

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El cielo cae sobre nuestras cabezas (II)
Imagen: el núcleo del cometa Halley fotografiado por la sonda Giotto el 13 de marzo de 1986

jueves, 10 de julio de 2008

El puente romano del arroyo Fontalba

La primera impresión no es muy positiva, pero sí, es un puente romano. Lo que pasa es que estamos muy mal acostumbrados y un puente de un solo arco sobre un arroyo no nos dice gran cosa.

Este puente se sitúa sobre el arroyo Fontalba, a escaso medio kilómetro al oeste de las murallas de Ategua, siguiendo hacia Córdoba la vereda de Granada, y presenta un estado de conservación bastante aceptable. Podríamos disfrutar de su estructura íntegra si se retirara el barro que lo ciega casi por completo, haciéndole perder todo sentido funcional, y amenazando cada vez más con su completa desaparición bajo los sedimentos.

Hoy en día este puente es cruzado, principalmente, por deportistas y peregrinos que realizan el Camino de Santiago. Sin embargo, en la antigüedad tuvo más ilustres visitantes. Aunque no es posible asegurarlo, cabe la posibilidad de que estuviera ya construido cuando César puso sitio a la ciudad de Ategua en el año 46 a. C., tras fracasar en su ataque inicial contra las murallas de Corduba.


Según Melchor Gil (1), habría que datar el puente en los últimos años de la República o primeros del principado de Augusto, que llevó a cabo importantes obras en nuestra región, entre ellas, probablemente, el propio puente romano de Córdoba. La característica de tener algunas de las dovelas (piedras que forman el arco) partidas la presenta también el puente del arroyo Yegüeros, cerca de Alcolea.


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(1) El camino de Corduba a Ategua: nuevos hallazgos de infraestructura viaria romana en la provincia de Córdoba, Anales de Arqueología Cordobesa, 1997.

lunes, 7 de julio de 2008

Rabanales, el "making-of"

El 13 de junio de 1952, mientras un chaval entraba por el Campo de la Verdad con un monstruo en una caja de zapatos, se firmaba la compra de la finca donde habría de levantarse la nueva Universidad Laboral. Pocos años después, varios edificios empezaban a levantarse entre campos de cultivo.



La ortofoto del vuelo americano (que podéis consultar aquí o, si no funciona, buscando IDEA Andalucía) de la que hablamos en la entrada sobre Gran Vía Parque, pilla a las obras en sus últimos momentos, cuando faltaba todavía una gran superficie por urbanizar, pero las cruces y el resto de los bloques estaban casi completos.


Finalmente, el 3 de noviembre de 1956, fue inaugurada. Aquí os dejo un par de vídeos que se explican por sí mismos, del día de la inauguración y de una visita ministerial. Como un detalle personal con los parroquianos de la Calleja de las Flores, no colgaré la visita de Franco, pero ahí está en YouTube para quien quiera darse un paseo por el No-Do más profundo...

PD. Ojo al chaval de las gafas. Y de paso a la falta de vegetación en los Sotos de la Albolafia.



viernes, 4 de julio de 2008

"Córdoba Gráfica"

Posiblemente, la prensa antigua nos dé la mejor oportunidad de bucear en el día a día de la sociedad del pasado. La proliferación de publicaciones en la primera mitad del siglo XX, muchas de las cuales están siendo actualmente digitalizadas, nos permite acercarnos a disfrutar de la vida cotidiana de los cordobeses de las décadas de los 20 y los 30.

"Córdoba Gráfica", revista quincenal, vio la luz en octubre de 1924 y sobrevivió hasta el inicio de la guerra civil, siendo su último ejemplar digitalizado el correspondiente a octubre de 1936. A lo largo de esos doce años, "Córdoba Gráfica" fue reflejando en sus páginas las convulsiones del país, las preocupaciones de los ciudadanos y la crónica social que ya por entonces entretenía a los paisanos.

La revista se fue acercando progresivamente a los planteamientos más tradicionalistas y conservadores, hasta convertirse en aliada del incipiente régimen militar en sus últimos números. Conviene, sin embargo, alejarse un poco del debate ideológico y ver la publicación como una crónica de su tiempo. La publicidad que la abarrota nos permitiría elaborar unas páginas amarillas de la época, porque parece que no había establecimiento comercial que no apareciera en ella. Algunos, como el cine Góngora, la pastelería de La Purísima o la librería Luque han sobrevivido hasta tiempos cercanos o permanecen aún activos.

Mientras se urbanizaba la plaza de las Tendillas y la calle Nueva se llenaba de flamantes tiendas, "Córdoba Gráfica" iba dejando constancia de la evolución de la ciudad. Ahora cualquiera puede consultarla en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.

martes, 1 de julio de 2008

El Arco del Triunfo en Puerta Nueva

Probablemente, cuanto más se vincula una obra arquitectónica a una idea o sistema político, menos duradera se vuelve. En pocos casos se hace esto tan evidente como al hablar del verdadero Arco del Triunfo de Córdoba, mucho menos conocido que la actual Puerta del Puente, que no tomó su forma hasta bien entrado el siglo XX.

El Arco fue construido con motivo de la visita a Córdoba de Isabel II, en septiembre de 1862, y estaba situado a la salida de la Puerta Nueva, que se distingue al fondo de la fotografía. Al entrar por este punto en la ciudad la carretera de Madrid, la primera imagen que vio la Reina al llegar fue esta obra levantada ex profeso, en medio de un secarral que estaba empezando a ser ajardinado.

Pasados los días de fastos y ferias con motivo de la visita, el Arco debió caer en el más absoluto olvido. La ausencia de cualquier dato referente a su demolición en la prensa de los días de la Revolución de 1868, cuando a Novaliches le volaron las quijás, sería un indicativo de que el Arco posiblemente duró lo que durara la fiebre borbónica por la visita real, y a continuación sería desmantelado sin pena ni gloria, ahorrándole el también triste pero, al menos, histórico destino de caer bajo la piqueta revolucionaria por su inscripción "A Isabel II, el Ayuntamiento Constitucional".