miércoles, 30 de marzo de 2011

Los Santos Pintados

Hace unos días, en un descansito mientras salvábamos la ciencia en este país, hablaba con una compañera (y lectora) sobre sus andanzas por Santa Marina en los tiempos en que yo todavia era un proyecto, la carretera general a Badajoz salía por debajo de la Torre de la Malmuerta, la plaza del Moreno todavía era una plaza y mi barrio todavía lo conocían algunos por "el Matadero".

Me contaba las broncas de su madre por atreverse a cruzar la carretera sola, explorando más allá de San Cayetano, hasta los Santos Pintados. Y me preguntó si tenía idea de por qué se llamaba así ese lugar. Bueno, pues esto ya se habló en el blog de Laurentino y en alguna entrada vieja de este (en los comentarios).

El casi perdido topónimo de los Santos Pintados (que se aplicaba al cruce de caminos, y más tarde al paso a nivel que allí existía) empieza a desvenecerse a mediados del siglo XX, cuando ya había desaparecido el motivo de su existencia, y el cuartel de Automovilismo empezaba a servir a los cordobeses como referencia para ese lugar. Posteriormente, la glorieta de Almogávares terminó de eliminarlo del recuerdo popular, sobre todo entre los más jóvenes.
Los Santos Pintados en el plano de 1884
Su origen estaba en un pequeño humilladero o capilla situado junto a la tapia de la huerta del convento de San Cayetano. Este convento pertenecía a los Carmelitas Descalzos, que estuvieron en la calle Buen Pastor hasta 1614, en que se trasladaron allí. Según explica Ramírez de Arellano en los "Paseos":

Formaba una especie de retablo de material con dos cuerpos: el primero se componía de dos pilastras y un arco en el centro dividido por una gran cruz de relieve, y pintados en los lisos las imágenes de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, fundadores de los Carmelitas Descalzos. El segundo cuerpo era un cuadro con dos remates a los lados, la Virgen del Carmen en el centro y una cruz de piedra con que remataba. 

Y esa viene siendo la historia del lugar, por lo cual, y aunque ni le conozco ni le sigo habitualmente, tengo que estar de acuerdo con este señor que pide en el periódico la vuelta del topónimo histórico del lugar.

lunes, 21 de marzo de 2011

Primavera en el barrio de Santa Marina

Esta es una entrada, especialmente, para todos los que están lejos de Córdoba. No tiene mucha historia ni mucha leyenda, sólo pretende acercar a esa gente algunas imágenes de estas calles que ya se preparan para sus mejores días del año. Algunos amigos entran al blog desde otras ciudades y países, y otros muchos desconocidos supongo que también lo agradecerán.



Los naranjos junto al palacio de Viana, las preciosas rejas de la calleja de la Malpensada, la plazuela del Cementerio, un árbol del amor en la Lagunilla y alguna salamanquesa en un farol junto a la iglesia. En realidad es lo mismo de todos los años, salvo por el roto en la fuente de la Piedra Escrita, que deja salir el agua, chorreando por el cruce de Moriscos con la calle Cárcamo. Y por el fin de las obras en el Colodro, que ya se ve cada día más cerca, con la antigua puerta de la muralla integrada de forma un poco improvisada, pero en general aceptable.

Vamos, que Córdoba sigue en su sitio, esperando vuestra vuelta, de visita o para quedaros. Un saludo.


lunes, 14 de marzo de 2011

Los bancos de azulejos de "Los patos": arte talaverano en estado de abandono

Los jardines de la Agricultura ("Los patos", entre la Victoria y la estación para los muy desorientados) fueron concebidos como un gran espacio de esparcimiento para los cordobeses, que vino a sustituir al primitivo paseo circular de la Victoria, allá por los años 60 del siglo XIX.

El otro día, preparando con el compañero Malabaddon un paseíllo guiado por la zona, nos topamos con los bancos revestidos de azulejos que adornan el parque. No teníamos gran idea de su origen y un pequeño cuaderno didáctico de la historia de los jardines nos decía, simplemente, que habían sido instalados a finales del siglo XIX para completar el proyecto del parque.

No sabíamos cómo encajarlos en la charla más allá de la mera curiosidad, hasta que nos fijamos en que uno de ellos, el más cercano al estanque de los patos, tenía una firma parcialmente reventada por algún homínido etilizado. Apenas puede leerse en ella "J. Ruiz de [...]na. Talavera".

Bastó rebuscar un poquillo en la red para dar con el autor de los azulejos: Juan Ruiz de Luna, uno de los más importantes ceramistas talaveranos. A Ruiz de Luna, nacido en Noez (Toledo) en 1863, se debe la recuperación de antiguas técnicas que llegaron procedentes de Flandes en el siglo XVI, así como su perfeccionamiento y adaptación a los medios del siglo XX. Es tal su relevancia que el museo de cerámica de Talavera, uno de los más importantes del mundo, lleva su nombre.

Los azulejos de "Los patos" están repartidos en varios conjuntos. Un banco parece aislado junto al estanque, otros pocos se alinean en la avenida de Cervantes y el grupo más representativo está en el centro del parque, delimitando un espacio hoy vacío, en el que se encontraba un pequeño quiosco habilitado como biblioteca de obras de Séneca. Es por ello que los bancos de esta zona están adornados con citas célebres del filósofo cordobés.














El estado de conservación general es bastante malo: los azulejos están parcialmente arrancados, golpeados y llenos de barro y musgo. Asombra, eso sí, la viveza de los colores después de estar durante más de un siglo expuestos al sol del verano cordobés. Comentábamos el otro día, y me parece que acertadamente, cómo los bancos ya no se deberían considerar mobiliario urbano, sino una pieza artística de alto valor, y como tal deberían ser identificados y protegidos, restaurándolos y desenterrando los que están medio cubiertos por materiales de relleno.

Por cierto, el paseo guiado salió bastante bien, y se repetira próximamente, iremos avisando.

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Edito: el conjunto de citas de Séneca, fotos de la antigua biblioteca y otros datos interesantes en este artículo de Paco Muñoz en la Calleja de las Flores. Gracias, Manolo.