jueves, 15 de mayo de 2008

Ategua

Muchos arqueólogos, si tuvieran que pedir un deseo el día de su cumpleaños, al soplar una vela como la que celebra el aniversario de esta página, cerrarían los ojos y pensarían en un solo lugar: Ategua. La mayor parte de los cordobeses, por desgracia, nunca han escuchado ese nombre. No han tenido la oportunidad de contemplar la suave colina que la sostiene. No han sentido el peso de la Historia, de toda la Historia, soportado por sus viejos y cansados muros. Y, sin embargo, Ategua sigue allí, sola desde hace casi siete siglos, en medio de la campiña, con lo que queda de su tesoro escondido bajo la hierba.

El poblado medieval posteriormente conocido como Teba, cuyos restos se alzan hoy junto al cortijo de Teba la Vieja, a unos cinco kilómetros de Santa Cruz en dirección a Castro, es el yacimiento con mayor cantidad de estratos históricos estudiables de todo el término de Córdoba, y posiblemente de toda su provincia, igualando a la capital, con la salvedad de que ésta varió de emplazamiento en el momento de la fundación romana.

En Ategua se han hallado restos del Calcolítico, allá por el tercer milenio antes de Cristo, de la Edad del Bronce, cuya etapa final se difumina entre una mezcolanza de civilizaciones con restos tartésicos, celtíberos, fenicios y griegos, que nos llevan a las primeras etapas históricas. Para entonces ya existía una ciudad amurallada, que los romanos ocuparon y conservaron, convirtiéndose en escenario de algunos enfrentamientos decisivos de las guerras civiles en tiempos de Julio César.

La ciudad siguió habitada durante la ocupación musulmana, habiéndose encontrado, entre otros muchos restos, cerámicas califales. Fue reconquistada por los castellanos, pero su vida estaba a punto de llegar a su fin. Apenas un siglo después, en 1348, la Peste Negra asoló el poblado, y los escasos supervivientes se dispersaron por otras poblaciones.

Ategua ha sido excavada en varias ocasiones, pero de una manera parcial y sin perspectiva de convertirlo en un monumento visitable de primer orden. Miles de piezas descansan en las salas y los sótanos de museos y depósitos, otras muchas en naves industriales de las redes de traficantes. Mientras tanto, los enamorados de esta ciudad perdida siguen soñando con tiempos mejores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

D. Antonio Blanco Freijeiro, tiene un amplio estudio sobre Ategua, en el que nos da situacion de la puerta principal, de algunos de su hallazgos y todo lo que de principio pudiera interesarnos sobre este lugar, solo hay que consultarlo en la Biblioteca Miguel de Cervantes en 36 paginas de la version digital, Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia.