Si hace poco nos fijábamos en la chimenea que, en el dibujo de Alfred Guesdon (ca. 1860), delata a la fábrica de sombreros de Sánchez Peña en la Corredera, también merece la pena detenerse en otro detalle del mismo dibujo.
A medio camino entre la Corredera y la iglesia del Císter, en pleno centro de ciudad, nos encontramos una palmera de gran tamaño. ¿Es una licencia del artista o realmente se encontraba allí? La pregunta puede parecer una tontería, pero saber la respuesta nos daría un buen indicador de la fidelidad de la pintura.
Pues todo indica que la palmera era real. Y no sólo eso, sino que además era bastante conocida, hasta el punto de que daba nombre a la casa en la que se encontraba: la Casa de la Palma, propiedad de los Condes de Hornachuelos, con entrada principal por la actual calle María Cristina, entonces calle del Arco Real, que era un poco más larga que hoy: al no existir Claudio Marcelo, se prolongaba hasta la esquina de la cuesta de Luján.
Ramírez de Arellano nos dice, de una pequeña plazuela a la entrada de la casa, que antes se conocía por plazuela de la Casa de la Palma, porque aquélla tiene una desde muy antiguo sobre la muralla divisoria, lo que la hace aparecer con mucha mayor elevación de la grande que tiene, por divisarse desde casi toda la parte baja de la población. Pues ahí la tenemos.
Además, nos cuenta cómo en el patio de la casa ya había algunos capiteles de tamaño descomunal, que habían aparecido en las primeras excavaciones de lo que luego se conocería como templo romano.
Y de paso, señala que en el jardín donde se encontraba la palmera, a muchos metros de profundidad, nacía el agua de la Romana, una de los manatiales que surgen de la acusada pendiente que separa la Villa de la Ajerquía, y que abastecía una fuente junto al Arco Bajo de la Corredera, parte de la fuente de la plaza de las Cañas y otros establecimientos privados.
4 comentarios:
Genial como siempre. No sé como te fijas en estas cosas pequeñas y luego encima eres capaz de sacarle una explicación.
Un saludo.
Bueno, en este caso había leído primero la historia y luego me encontré la palmerita dibujada. Hay otra palmera al norte de la Corredera, pero todavía no estoy seguro que fuera la que daba nombre a la calle de la Palma. Tengo que mirarlo con tiempo.
Genial. Alucino con los detalles que eres capaz de ver.
Buena labor de investigación amigo, excelente entrada. Un saludo.
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