Muy tardíamente, bien entrado el siglo XX, comenzó Córdoba a extenderse por el nordeste, hacia el campo que secularmente había recibido el nombre del Marrubial. El marrubio, una labiada con propiedades medicinales que aún se encuentra con cierta facilidad en nuestra sierra, hace mucho que dejó de crecer sobre las huertas de Frías y Pavón, pero trataremos de imaginarnos aquellas tierras tal y como eran.
Dos arroyos discurrían antaño por ellas. El arroyo Hormiguita venía de la zona donde hoy se encuentra la fábrica de cemento, y vertía sus aguas al arroyo de las Piedras, que venía de Sansueña, nada más pasar la cruz del Padre Roelas, o de los Cinco Caballeros, como se puede ver en el plano de 1884. La pequeña laguna que formaban detrás del recién construido cuartel de Alfonso XII coincidía aproximadamente con la que hoy vemos en el parque cercano.
También fue el campo del Marrubial la entrada principal a Córdoba hasta la construcción por Carlos III de la carretera de Madrid, ya que por la puerta de Plasencia tenían su entrada a la Axerquía la antigua via Augusta (en la foto, camino viejo de Madrid) y la que fuera via Corduba-Emerita (hoy carretera de Badajoz), que subía paralela al arroyo Hormiguita. Esta privilegiada situación fue la causa de que hasta aquí se extendieran los arrabales y cementerios de la ciudad en la época califal.
Puede quedar para otro día la historia más negra de esta zona, aquella que habla de tribunales eclesiásticos, autos de fe y hogueras en las que se ahogaban los gritos de los supuestos herejes.
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