lunes, 19 de enero de 2009

El pozo de la nieve de Trassierra


Entre los siglos XIV y XIX tuvo lugar un fenómeno que los climatólogos han dado en llamar la "Pequeña Edad de Hielo", caracterizado por temperaturas más bajas que en la actualidad, debido a un incremento de la actividad volcánica, una disminución de la actividad solar y diversos factores que aún no se comprenden en su totalidad.


Como resultado de esta situación, muchos lugares en los que en la actualidad no cae un solo copo de nieve en todo el año tuvieron inviernos fríos y blancos. El comercio de nieve se convirtió en una lucrativa actividad, especialmente en lugares como Córdoba, con una sierra fresca donde almacenar el hielo, muy próxima al tórrido valle donde era posible venderlo durate todo el año.

Las técnicas mejoraron notablemente a lo largo del siglo XVIII, construyéndose pozos para acumular enormes cantidades de nieve prensada, convertida en hielo, que se podía conservar largos períodos de tiempo. Según se explica en un interesante artículo de Guadalupe Pizarro (1), en 1823 un empresario cordobés, Juan Rubio, que prácticamente monopolizaba el comercio de nieve en Córdoba, comenzó a construir un pozo en el cerro de San Cristóbal, próximo a Santa María de Trassierra, para centralizar allí su actividad y obtener un mayor margen de beneficio al disponer de género en abundancia de cara al verano.

Este pozo aparece a la vista como una estructura en forma de cúpula que no levanta más de unos tres o cuatro metros del nivel del suelo, hasta que el visitante se aproxima a la entrada y comprueba el gigantesco volumen de hielo que podía acumular la estructura subterránea, de unos diez metros de profundidad, que se iba llenando con el producto de las nevadas invernales hasta que estaba completa, momento en el cual se procedía a su cierre y aislamiento con cámaras de aire, porcelana en las cubiertas y otros sistemas que, junto con su localización en umbría y bajo el suelo, contribuían a que las pérdidas por fusión del hielo resultaran aceptables para el negocio.


Se conservan parcialmente algunas inscripciones que señalaban, en el interior del pozo, la fecha del cierre, como la que reza: Se llenó el pozo el día 7 de enero al mediodía. 1864. Rafael.

Alrededor del año 1867 se instala en Córdoba la primera fábrica de hielo artificial, muestra de los avances tecnológicos de la época, condenando a la ruina al comercio tradicional de nieve.

¿Cómo llegar al pozo de la nieve de Trassierra?


El primer acercamiento puede resultar algo complejo, pero espero que este plano sea de ayuda para todo aquel que quiera pasarse por allí. Yendo desde Córdoba, hay que girar a la izquierda (línea roja) justo antes de llegar a la plaza de Trassierra, llegando a un aparcamiento sobre tierra en dos niveles. De él parte un camino, paralelo a la calle asfaltada, que va rodeando el cerro dejándolo a la izquierda. El camino es llano y está separado de la carretera por algunas plantas de poco porte.

Tras dejar a la izquierda un par de caminos que ascienden al cerro, se llega a una intersección con una pista de tierra que sube también hacia la izquierda, con gran pendiente. Es el punto en el que la calle asfaltada se empieza a separar del camino. Aquí buscaremos una senda que sale del cruce, más o menos a las 10 del reloj, entre la vegetación.

La senda va ascendiendo y pronto se abre a la derecha un pequeño claro, una vaguada, dejando ver la pared del pozo de la nieve.

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(1) Pizarro, Guadalupe. Nuevos datos sobre el comercio de nieve en Córdoba, Anales de Arqueología Cordobesa 16 (2005).

2 comentarios:

Dani dijo...

Qué curioso, macho...

J. Alejandro Pérez dijo...

Muchas gracias por las explicaciones, han sido muy precisas y de gran ayuda. Ya me estaba volviendo loco para encontrarlo.
Saludos