viernes, 31 de agosto de 2007

La entrada de Dupont

Vencida la resistencia de los cordobeses, los cañones martillearon las murallas y las bombas cayeron sobre el barrio de la Magdalena, hasta que la Puerta Nueva no resistió más y quedó abierta. Los franceses, que habían sido hostigados desde la iglesia de Trinitarios y otros edificios altos, entraron con orden de saqueo, arrasando iglesias, conventos y cualquier vivienda en que intuyeran la presencia de objetos de valor.

Los conventos de San Francisco y Capuchinos fueron especialmente castigados, junto con la Fuensanta, La intervención del alférez mayor de la ciudad, que salió al encuentro de Dupont a la altura de San Pedro y que, dando la ciudad por rendida, pidió clemencia para sus habitantes, evitó que la violencia fuera aún mayor.

Nada más entrar el general Dupont por la Puerta Nueva, en la calle hoy de Alfonso XII, un vecino llamado Pedro Moreno se asomó a su balcón y, lleno de rabia por ver Córdoba vencida, disparó su escopeta contra el francés, matando a su caballo e hiriendo a uno de sus acompañantes.

Los soldados franceses entraron a la casa y, sin mediar palabra, mataron a toda la familia, exceptuando a una niña de pocos meses, que dieron a una mujer en acogida.

Según se entra desde la la rotonda, la casa hace esquina con la primera calle a la derecha. La taberna que en ella había fue conocida desde aquel suceso como de la "Niña del milagro"

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