viernes, 7 de enero de 2011

El ídolo de Alcolea, 5000 años de historia

Esparcidos por los campos alrededor de Córdoba, pero visibles sólo a los ojos de investigadores experimentados, hay multitud de restos que, si tuvieran la oportunidad de que se los explicaran adecuadamente, dejarían de piedra a la mayoría de los cordobeses. Pequeños y degradados fragmentos de cerámica, molinos y otros utensilios cuya antigüedad se remonta a épocas anteriores a la ocupación romana, llegando y extendiéndose por el Neolítico.

Cuando a estos expertos se les da la ocasión de excavar de manera seria y de analizar y publicar sus resultados, pasan cosas como la de Alcolea en 2005, cuando Rafael Martínez, de la Universidad de Córdoba, descubrió la que podría ser la representación humana (o al menos, antropomórfica) más antigua de la vega cordobesa del Guadalquivir.

Es una pequeña pieza de terracota, muy similar a otras encontradas en Portugal y en Murcia, que ha sido datada en el cuarto milenio antes de nuestra era, alrededor del año 3500 AC. Se puede ver cómo, con una pequeña presión con los dedos, el autor de la pieza le dio una rudimentaria forma humana, con una nariz y ojos. Las líneas paralelas a ambos lados del cuello son un motivo repetido en esta clase de piezas.

Los autores de la investigación, aunque reconocen que es muy complicado imaginar para qué se utilizaba, afirman que sólo el hecho de que sea una imagen humana simbólica, lo que en estos casos se llama un "ídolo", ya tiene una gran importancia dentro del arte neolítico.

Este período de la historia, tan extenso como desconocido, tiene el problema de que normalmente no aporta descubrimientos espectaculares o estructuras visitables bien conservadas. Sólo con un intenso trabajo didáctico que capte el interés de la gente se podrá hacer ver que todas las tierras que rodean la ciudad están llenas de pequeños testimonios de los pueblos que la habitaron hace miles de años.

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Martínez Sánchez RM, García Benavente R, 2009: Una terracota figurada del IV milenio AC en la Vega Media del Guadalquivir, Trabajos de Prehistoria, 66.

7 comentarios:

Guadalupe dijo...

Y para el que quiera verlo en directo sólo tiene que ir al Museo Arqueológico, donde está expuesto en la sala I.

Rafa dijo...

Hola!

Te agradezco, Jose Alberto, la mención y cita del muñecote, al que podríamos llamar con el muy cordobés nombre de "Queco"... (Jajota..) (Me pongo sentimental con estas cosas).

De todas formas quisiera recalcar aquí el verdadero manifiesto de esta figurilla (al menos el mensaje que urge hoy día), que no es otra cosa que la increible densidad de ocupación de la ribera del Guadalquivir (como todos los entornos fluviales) en toda la Historia (incluyendo su mayor parte, que es la Prehistoria). Esta ribera y vega tan ocupada y urbanizada hoy día, y donde parecen concentrarse la mayor parte de las obras de infraestructura de nuestra provincia, ciudades, centrales termosolares, urbanizaciones, legales e ilegales, con lo que ello supone de destrucción y pérdida patrimonial, no digamos en aquellas obras cuya construcción escapa a todo control administrativo.

De nuevo, gracias

Rafa

harazem dijo...

¿Queco? Venga, Rafa, no será por el creador de esa modalidad de lolailismo que consiste en mover sincopadamente la quijá de abajo mientras se dice cóoooordobaaaa.

Porque pa mas risa le podías haber puesto Antoñito Gala.

Puerta de Osario dijo...

Qué manera de devaluar tu propio curro... podías convencer a los del museo para que pusieran la etiqueta de "Queco". En fin, gracias a Manuel y a Guadalupe, y sobre todo a Rafa, que ha sido el currante del tema. A ver cuándo nos damos una vueltecilla campestre por allí.

Rafa dijo...

Manolo: Queco merece un sitio en el Olimpo por el mero hecho de haber compuesto el himno "Perros de la Noche", que serviría al "Chato de Huevar" para hacer ese temazo de "Perras de la Noche", que demuestra que en las discotecas de emplazamientos humanos inferiores a 5000 habitantes, tambien existe la derrota.

Puerta de Osario: Vueltecita campestre o chalesadosadestre, porque de campo, poco, aunque podemos patear los alrededores a ver si aparece la famosa nutria bajo el puente, o hay suerte y encontramos la quijá de Novaliches...

Guadalupe dijo...

Pues yo tengo un plan dolménico con un discípulo de Bernier... si Rafa se presta a ello.

Rafa dijo...

Uh cuanto misterio... Ya me dirá usted