sábado, 12 de septiembre de 2009

La riada de 1860 y la destrucción de la huerta de Pedro Segovia

Pensé que no se iba a ver tan claro, pero la composición de imágenes es un verdadero viaje en el tiempo, a lo largo de algo más de 150 años de historia del extremo oriental del antiguo barrio del Campo de la Verdad (la foto está girada unos 45º respecto al norte).

Aunque básicamente el cauce del río no ha variado desde el mapa de 1884 (simplemente ha seguido avanzando un poco más hacia el oeste), sí que se observa un cambio sustancial entre este plano y el de 1851. De hecho, es en ese momento cuando el murallón de San Julián cambia de lado del río*, como se ve en la superposición que ya apareció en la entrada anterior.


La riada más importante que tuvo lugar en aquella época fue la de 1860. Así, lo refleja, por ejemplo, Ramírez de Arellano en los Paseos, explicando el cambio de cauce:

...han tenido lugar otras grandes avenidas, siendo la más notable en 1860, si bien no entró el agua en Córdoba, consistiendo principalmente en que, habiéndose destruido el murallón de San Julián, las aguas se extienden por aquel lado.

La comparación de los planos muestra cómo el río cambió su orientación, tomando una dirección sur-norte más clara a la altura de lo que hoy sería el puente del Arenal. Para ello, se llevó por delante parte de la huerta de Segovia. También de los Paseos por Córdoba: Durante este siglo quedó abandonado dicho murallón [de San Julián] y el agua ha socavado el terreno, llevándose gran parte de él, tanto que de un huerto bastante extenso, llamado de Segovia, sólo ha quedado la casa que, como otras cercanas, acabarán por arruinarse si antes no se pone remedio, en el que nadie piensa.

En realidad lo que hubo en 1860 no fue una sola riada, sino que, después de una larga sequía de varios meses, a primeros de noviembre empezó a llover, y no apenas hubo días soleados hasta final de año. Como consecuencia, el río subió notablemente al menos en dos ocasiones, a mediados y a finales de diciembre. De esos días son estas noticias del Córdoba, ambas referentes a la orilla izquierda del Guadalquivir.


Esta variación en el cauce debió ser determinante para que en las crecidas del siglo XX, especialmente en la de 1947, los sedimentos comenzasen a depositarse mayoritariamente en la orilla derecha del meandro, a la altura del molino de Martos, que perdió así su funcionalidad.

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* Al menos de forma definitiva. De acuerdo con algunas fuentes, parece que ya en el siglo XVIII el río había traspasado el murallón y corría a su izquierda, y probablemente ni siquiera fue esta la primera ocasión. Las reparaciones aplicadas a la barrera para tratar de devolverlo a su cauce muestran que esta fue una larguísima batalla.

5 comentarios:

malabaddon dijo...

Genial el trabajo que estás haciendo con este tema tan interesante.

Jerónimo Sánchez dijo...

Me encanta cómo está quedando todo... lástima que no pueda participar mucho... La verdad es que estoy enganchado. Mi enhorabuena, y coincido con Paco en lo didáctico y en lo bien explicado.
Una pregunta de uno de letras para uno de ciencias: ¿una sola riada puede cambiar un cauce completo? recuerdo que hay documentos de época califal que dicen que hubo riadas tan fuertes que arrasaron el puente romano... pero no parece que modificaran el cauce. Te sigo...
pd: en cuanto pueda pongo una foto del dichoso muro

Anónimo dijo...

El anonimo de siempre:
Los barrancos serreños vierten al Guadalquivir en pocas horas la casi totalidad de las aguas de lluvia caidas en un momento dado, escupidas por un terreno impermeable y no retenidas por una masa de bosques que no solo debiera constituir un lujo, gala y orgullo, y una fuente liberadora de cargas economicas para no pocos pueblos de la Sierra, sino que serian la esponja que retuviese las aguas salvajes y regulara el caudal del Guadalquivir.
Los meandros del rio no estan nuca fijos; el Guadalquivir divaga, es decir, muerde en unas riberas y regala detritus a las contrarias. Como todos los rios, tiene un lento movimiento pendular. Ved los cortes que abre en las arcillas azuladas de la Campiña, a cuyas expensas el Guadalquivir va ensanchando mas y mas la planicie de su propia Vega, que aqui en Cordoba, donde se inicia, se estrecha, pero que mas abajo de Sevilla es amplisima.
La principal arteria de drenaje de la provincia es el Guadalquivir, que a su paso por ella se encuentra en su tramo medio.
El regimen es de tipo pluvial, pues las nieves de su zona de cabecera apenas si representan una aportacion apreciable; en relacion con este tipo de regimen, presenta grandes oscilaciones de caudal, con coeficientes invernales fuertes y acusados estiajes. Sus crecidas tuvieron efectos devastadores, y de ellas hay una abundante bibliografia desde epoca arabe; las estaciones de aforo de la Confederacion Hidrogafica del Guadalquivir han registrado los 8.000 metros cubicos por segundo; por el contrario, sus estiajes son tan acentuados que el fondo del cauce en Cordoba queda casi en seco, reduciendose entonces el caudal fluente a 10-12 metros cubicos por segundo, y en alguna ocacion a menos de la mitad.
El Guadalquivir adquiere en Cordoba, el perfil de equilibrio que hoy tiene. Equilibrio, no; que el Guadalquivir es un rio que vive la tragedia del que subitamente adquiere caracteres torrenciales que le hacen abandonar la mansedumbre que de ordinario tiene, aumentando su caudal en cientos de veces el ordinario. Buena culpa de esto la tienen esos aportes de aguas que le entregan los barrancos de la Sierra.

Paco Muñoz dijo...

Como siempre Puerta maravilloso el trabajo, meticuloso y desde mi punto de vista preciso.
He intentado ponerle la púa al trompo y estaba equivocado yo, pensaba que no estaba bien definida la Rinconada de S. Antonio en fotografía de 2007 y lo está.
Enhorabuena. Son trabajos para una publicación o libro de consulta.

Puerta de Osario dijo...

Jerónimo, el Guadalquivir tiene meandros abandonados cada dos por tres. Mira por ejemplo en Coria del Río, que no sé en qué época fue la variación del cauce que dejó el núcleo de población separado por el río de un montón de tierras del pueblo.

O vete si quieres al sur de las Quemadas, siguiendo el mapilla en blanco y negro que colgué hace poco, y fíjate como el arroyo de Rabanales hace un arco antes de la desembocadura. Eso también es un meandro abandonado, y hay papeles en los archivos de cómo intentaron aprovechar la variación los dueños del molino de Lope García.