Mucho antes de que se asfaltaran las calles del centro de Córdoba o de que se cubrieran de adoquines uniformes, corría por
Aunque extramuros se le llamaba del Camello (¿?), el arroyo no recibía un solo nombre, sino que iba variando a medida que pasaba por los diferentes barrios. Entraba en la ciudad cerca de la torre de la Malmuerta , afluyendo a la Lagunilla desde el barrio del Matadero por una reja al pie de la muralla. Descendía por la calle Mayor hasta Santa Marina, y continuaba por Isabel Losa y Álamos hasta llamarse arroyo de San Andrés camino del Buen Suceso. Con el nombre de arroyo de San Rafael, llegaba hasta lo que hoy es el cruce con semáforos frente a San Lorenzo, y con este último nombre salía de la ciudad por otra reja en la muralla que cortaba en dos la calle que hoy lleva a Derecho.
Mientras en algunas zonas y momentos no era más que un hilillo de agua mezclado con los desperdicios de las casas, a la altura del colegio López Diéguez la calle era conocida como “Despeñadero”, por el peligro que causaba el cauce del arroyo. En varios lugares se perpetuó el nombre de “puentezuelo” para señalar los lugares por los que se podía vadear, como el de San Lorenzo en el mencionado cruce.
En el año 1689, las lluvias y la obstrucción del arroyo a su salida de la ciudad hacia el cerro de la Golondrina provocaron que se inundara casi todo el barrio de San Lorenzo, llegando a cubrirse de agua el altar mayor de la iglesia.
No fue hasta el año 1789 cuando se tomó la decisión, forzada por una reciente epidemia, de cegar el cauce del arroyo, empedrar las calles y redirigir el curso del agua por el paseo de las Ollerías hasta el Marrubial, bordeando la ciudad amurallada.
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