viernes, 4 de septiembre de 2009

Lo que el río se llevó: el murallón de San Julián


Esta es la historia de un topónimo maldito. De un nombre que se llevó el río, trozo a trozo, recuerdo a recuerdo, hasta extirparlo de la memoria popular cordobesa. Es el relato de una derrota en la lucha contra la fuerza del río Guadalquivir, que busca desde hace milenios su camino más cómodo a través de la Vega cordobesa, y parece no terminar de encontrarlo.

En el año 2002, durante las obras para la construcción del llamado Balcón del Guadalquivir, el complejo de terrazas de la margen derecha del río, salieron a la luz unos restos arqueológicos que se correspondían con una estructura hasta entonces sólo conocida por fuentes escritas. Se situaban justo al sur del puente del Arenal, a la izquierda de la portada de la Feria.

Se trata de una muralla que se construyó en el siglo XVI para proteger la ciudad y sus huertas frente a las continuas riadas que, invierno sí e invierno no, castigaban las casas y el terreno, socavándolo poco a poco. Durante varios siglos, hasta finales del XIX, se hundió y reparó el llamado murallón de San Julián en diversas ocasiones, hasta terminar aceptando que el intento de evitar que el río anegara continuamente la zona sur de Córdoba había fracasado miserablemente.

Según Enrique León (1), el muro fue construido a mediados del siglo XVI, concretamente en 1554, y ese mismo año una riada lo reventó. Una de las reconstrucciones se puede fechar en 1770. En 1860, según Ramírez de Arellano, y en 1876, según el mismo trabajo de Enrique León, el murallón quedó definitivamente superado y abandonado.

Pero quizás el aspecto más curioso de esta construcción requiere de una pequeña reflexión. ¿Cuál era el objeto del murallón? Lo vemos ahí, en la orilla derecha del río, como protegiendo el Arenal, que hasta hace escasos años era un patio trasero de la ciudad, olvidado y con escaso valor como enclave urbano. Cuesta trabajo comprender tanto esfuerzo histórico por proteger estas tierras de cultivo.


¿O es que no era esa su misión?

Sorpresa. El murallón se diseñó y construyó para proteger el barrio del Espíritu Santo y el Campo de la Verdad, evitando que el río, en alguna crecida, trazara una línea recta por la espalda del barrio y dejara seco su cauce tradicional, no volviendo a transcurrir nunca más bajo el puente Romano.

¿Entonces...?

Sí, entonces el río Guadalquivir ha variado su cauce en los últimos siglos, de manera que si nos fuéramos 200 años atrás, el puente actual del Arenal sería una absurda estructura sobre las huertas orientales del Campo de la Verdad. El río pasaba, entonces, por lo que hoy es el terreno de la portada de la Feria y el paseo de caballos con las grandes casetas que dan al Guadalquivir. Poco a poco, inundación a inundación, las aguas fueron abriéndose paso por la espalda del murallón, hasta trazar un nuevo recorrido más al oeste, arrebatando al barrio del Espíritu Santo una importante porción de tierras.

La migración del río, que yo desconocía totalmente hasta que el compañero David me remitió a un artículo en la Calleja de las Flores, es el tema del próximo día.

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(1) LEÓN PASTOR, E., (2005), "El murallón de san Julián. Síntesis arqueológica del Guadalquivir y su curso fluvial a su paso por Córdoba", Anales de Arqueología Cordobesa 16, Córdoba, pp. 29-66.
La primera imagen está tomada de Arqueocórdoba.

7 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

Puerta, enhorabuena.

Desde tiempo inmemorial he escuchado a los mayores hablar de una cosa que llamaban la madre del río, y que no era sino el cauce primitivo antes de que se formara el meandro. Estimaban habría pasado cortando por lo derecho, bien por donde tu has dicho o quizás un poco más alto, por la calle Pío XII o Arrabal del Mediodía, porque evidentemente ésta última calle es la que hace muralla con la parte más alta del barrio. Eso desde luego son los comentarios tradicionales de los abuelos, con el valor que se les quiera dar a las tradiciones orales.

Puerta de Osario dijo...

Me alegro de verte por aquí, Paco. Mañana cuelgo alguna cosilla más, pero lo que está claro es que en los últimos dos mil años el río viene pasando por debajo del puente. Pondre unos mapas y se verá muy claro.

En lo que me estoy partiendo la cabeza es con el tema de los peñones de San Julián. Llevo unos días leyendo sobre los molinos perdidos de esa zona, y me está costando la misma vida entender la relación entre los molinos de San Julián, el de Martos y otros nombres que tuvo la zona antes del siglo XVI. En fin, paciencia.

Paco Muñoz dijo...

Ese es un argumento de peso los dos mil años, lo que no sabemos es si eso ocurría sólo en las riadas, que tendría que haber bastante en es época.

Dime cuál es el problema de los peñones S. Julián te mandé una foto y yo he pasado por ello hasta una abertura que había que ya requería meterse en el agua y me he vuelto al Molino de Martos. Los peñones eran el azud para dirigir el agua al Molino de Martos lo mismo que los azud de debajo del Puente Viejo y el azud de Casillas, o el del Molino de Lope García o Carbonell, cauce arriba.
Ah yo soy un seguidor tuyo de mucho tiempo y admiro mucho tu trabajo que es de mucha calidad.

Paco Muñoz dijo...

Puerta he estado viendo la fotografía del murallón de San Julián y, me pregunto, Tanto el murallón como la famosa ermita estaba datada en el barrio de Espíritu Santo. Al modificarse el cauce quedó al otro lado del nuevo. Luego el lado izquierdo de la fotografía es el que antaño daba al río, y parece -es un poner- que está derribado hacia la derecha. Cualquier avenida acabó tirándolo en el sentido del empuje del agua, hacia el barrio viejo del campo de la Verdad. ¿Voy bien por ahí?

Puerta de Osario dijo...

Parece que eso fue lo que pasó. Vamos, interpreto así lo que leí, y me parece lógico.

La foto está hecha desde el puente del Arenal, hacia el sur. El río reventó el murallón al menos dos veces, y la última vez debió quedar así, tumbado hacia el Campo de la Verdad, con los sillares esturreaos. El río lo sobrepasó y se acomodó a la derecha de la foto, dejando el murallón totalmente fuera de contexto.

Pepe Serrano dijo...

He visto este artículo, aunque es bastante antiguo, debido a que ha sido incluido como notas informativas sobre nuestro río por la plataforma A Desalambrar en el recorrido que hicimos ayer
por ambas orillas desde el molino de Martos hasta el de Lope Garcia.
En cuanto al murallón de San Julián, o los Peñones de San Julián, que es como lo conocemos los cordobeses, no es posible que no haya documentos gráficos de este elemento articial creado por la mano del hombre, cuando somos muchos los que hemos andando por encima de sus restos mucho antes de ese descubrimiento del año 2002
Los sillares de la cimentación y algo más afloraban por encima de las aguas y se adentraban en el río hasta una distancia considerable. La desaparición de estos restos fué debida a la mano del hombre que los dinamitó en una de las actuaciones sobre las orillas allá por los años 60. Su desaparición dió origen a una playa que se creó al desviarse la corriente del rio, dejando al Molino de Martos alejado de las aguas. Esta playa fué efímera pero la disfrutaron los cordobeses
un tiempo con el nombre de Maria Pepa. El molino servía de vestuario. Por lo tanto Si el murallón de San Julián y los peñones de San Julian son una misma cosa, podemos hablar de redescubrimiento, pero nada más.
Gracias y saludos.

Puerta de Osario dijo...

Existen fotos de los molinos de San Julián, o mejor dicho, de sus ruinas. Se descubrieron hace décadas en los terrenos del Arenal, sobre el antiguo cauce del río. Como bien dices, todo son "redescubrimientos".